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viernes, 25 de octubre de 2013

Rihanna estará en la República Dominicana hasta el día 29

 Rihanna descendiendo del avión privado que la trajo a RD.

SANTO DOMINGO. Rihanna arribó a República Dominicana por el aeropuerto de La Romana, ayer alrededor de las 9 y 40 de la mañana, en un vuelo privado procedente de Tel Aviv, Israel, y permanecerá en el país hasta el día 29 de octubre, cuando se presentará en Puerto Rico, según fuentes de entero crédito.
A su llegada, Rihanna fotografió un lagarto y saludó a República Dominicana desde Instagram. Llegó vestida con un short y un t-shirt, bien cómoda.
El séquito de esta reina de la sensualidad está compuesto por 70 personas, incluyendo músicos, bailarinas y personal técnico, además de seguridad.
Ayer en la tarde quedaban disponibles todavía entradas para las áreas Diamond y general, a precios de US$100 y US$70, respectívamente para presenciar el "Diamond World Tour" en la Zona de Práctica del Campo de Golf del Hard Rock Hotel & Casino Punta Cana.
En Israel
La noche anterior había reunido a más de 55 mil fanáticos en el Parque Hayarkón de Tel Aviv, al cual llegó con una hora de retraso provocando malestar en el público.
"Tel Aviv, quiero darles las gracias por venir esta noche. A todas las 55,000 personas. Amo a todos los fans del mundo... pero ha pasado demasiado tiempo desde la última vez aquí, ¿verdad Tel Aviv? Los he hecho esperar esta noche, así que perdón por el retraso", se excusó.
Una vez terminada su actuación, la artista barbadense se dirigió al aeropuerto Ben Gurion, desde donde supuestamente voló hacia Punta Cana.
El sábado Rihanna había presentado su espectáculo en Abu Dhabi, donde provocó un pequeño escándalo, al tomarse unas fotos algo provocadoras para las normas árabes en la mezquita del Jeque Zayed, por lo que fue expulsada del sitio, a pesar de que formalmente cumplía con los requisitos.
Todo listo en Hard Rock Hotel Punta Cana
La institución hotelera más importante del país, el Hard Rock Hotel Punta Cana estaba ayer subterráneamente bajo la presión que supone la organización de un evento de esta envergadura, a la par de que la vida de los turistas que descansan en las cerca de 2 mil habitaciones debía seguir con absoluta normalidad.

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